PROPUESTAS – Segundo fin de semana de mayo. Los meteorólogos no nos dan buenas noticias, pero aún así, decidimos pasar estos días en plena naturaleza. Nuestro destino: Las Arribes del Duero y, más concretamente, Aldeadávila de la Ribera, en la provincia de Salamanca.
El pueblo de Aldeadávila de la Ribera está situado a 121 kilómetros de la capital de provincia y a 330 kilómetros de Madrid. Desde la Estación de Chamartín, parten cada día varios trenes que hacen el recorrido Madrid-Salamanca en dos horas y media, ida y vuelta nos costará en total unos 34 euros.
Una vez en Salamanca, podemos tardar algo menos de una hora y media en llegar en coche a Aldeadávila.
Después de buscar alojamiento en varias webs, optamos por alquilar un apartamento llamado “La Corredera”. La elección fue todo un acierto. Tiene una capacidad para cuatro personas y tanto su decoración como la dueña te hacen sentir como en casa porque no falta detalle.
En el entorno de Aldeadávila, hay varios miradores que nos ofrecen unas vistas privilegiadas. Eso sí, abstenerse aquellos que sufran de vértigo porque la altura puede echar para atrás a más de uno.
Las Arribes del Duero deben su nombre al accidente geográfico que esculpió este río y, según nos informaron, en la provincia de Zamora, se utiliza el artículo en masculino y se conocen como Los Arribes.
El Rincón de Felipe y el Mirador del Fraile son lugares que tenemos que incluir en nuestra lista de visitas obligadas. Lo mismo ocurre con el Pozo de los Humos. Al igual que una película de suspense, este lugar guarda lo más importante para el final. Tras varios kilómetros de caminata y unas bajadas bastante pronunciadas, divisamos un mirador con forma de balcón, unido tan solo por uno de sus extremos a la montaña.
Una vez que llegamos hasta él, y haciendo un acto de fe, nos subimos. Desde allí tenemos las mejores vistas de la cascada que forma el Río Uces, cuyas aguas al caer generan esos humos que dan nombre al lugar. Escuchar las corrientes que se forman en esta zona relaja y bien merece el sacrificio que hemos hecho, porque los nubarrones que nos acompañan durante toda la bajada no nos lo ponen nada fácil.
Ni que decir tiene que todos estos miradores a los que nos referimos no ofrecen un acceso sencillo, por lo que, ante todo, se recomienda precaución, paciencia y, cómo no, ir equipados con ropa cómoda y acorde con el terreno por el que nos movemos.
Indispensable también es la visita en barco por el río Duero. Si antes divisamos el río desde las alturas, ahora descendemos y lo surcamos. Gracias a este recorrido guiado, podemos contemplar las aves que habitan en esta zona, algunas de ellas en peligro de extinción. En la conocida como Playa del Rostro, podemos tomar el barco de “El Corazón de las Arribes” por 16 € los adultos y 8 € los niños (de 3 a 8 años). Conviene reservar porque el barco suele ir bastante concurrido.
Ya en el barco, la guía nos descubre algunas de las leyendas que tienen a este lugar como protagonista. Durante años, cabreros y contrabandistas se convirtieron en actores principales de su día a día. Ahora, se presenta a los visitantes como un tesoro que merece la pena descubrir.
– Otras webs de interés: Camping «Los Arribes» / Pozo de los Humos / Cabañas del Cortino
GALERÍA DE IMÁGENES – ARRIBES DEL DUERO
(Descarga este archivo para disfrutar de más paisajes)
Hola Guadalupe
Muchas gracias por mencionar apartamentos la Corredera , has echo una descripción real del entorno y de como llegar, te lo trabajas muy bien asi que seguiré tu blog y tus consejos para viajar a alguno de esos destinos tan bonito que mencionas en tu blog (si el tiempo me lo permite) .Que facil es viajar contigo!!!!
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