En Colonia con Ana Domínguez (Ciudad Real) y Cecilia Torres (Tucumán, Argentina)

EXPERIENCIAS

1. ¿Cuál fue tu destino?

Colonia (Alemania).

2. ¿Por qué elegiste ese destino?

Porque tenemos una amiga, Antía, que lleva años viviendo allí y nunca habíamos ido a visitarla. Aprovechamos que estaba en España Cecilia (Argentina) y decidimos hacer el viaje que teníamos pendiente.

3. ¿Qué medio de transporte utilizaste?

Fuimos en avión. Estuvimos buscando vuelos a Colonia, pero todos los que encontrábamos rondaban los 150 / 200 euros y se nos iban de las manos. Finalmente, recurrimos a Ryanair, estuvimos estudiando varias alternativas y optamos por hacer un viaje largo, pero mucho más económico que viajando directamente hasta Colonia. Así, volamos de Madrid a Alicante (31,72 euros), de Alicante a Düsseldorf Weeze (50 euros) y, por último, en autobús de Düsseldorf Weeze a Colonia (21 euros), e idéntico recorrido para la vuelta. Un viaje tan largo, en ocasiones se hace pesado, eso no se puede negar, sobre todo cuando tienes que viajar de madrugada y renunciar a horas de sueño, pero el secreto está en tomarse el viaje como parte de la aventura. Ah, y tan sólo llevamos equipaje de mano, claro, porque facturar una maleta supone pagar 32 euros más y puestos a ahorrar…mejor romperse la cabeza para reducir el equipaje a un máximo de 10 kg.

4. ¿Dónde te alojaste y cómo encontraste ese alojamiento?

Nos alojamos en casa de nuestra amiga, un apartamento muy acogedor, a pocos minutos de la catedral, todo un lujo.

 
5. Un consejo para disfrutar de ese destino sin gastar demasiado.

No creemos que Colonia sea una ciudad cara, los precios son más o menos como en España. La ciudad se puede recorrer cómodamente andando, de hecho, es recomendable para conocerla mejor. Para comer hay también muchas alternativas, ya sea en las muchas cervecerías que hay, en puestos de salchichas en la calle o comprando la comida en el supermercado y, si se tiene la posibilidad, cocinarla uno mismo.

6. Prohibido volver sin hacerte una foto en…

En la catedral, por supuesto, es impresionante, cuesta sacar sus 156 metros de altura en una fotografía, pero siempre se puede rescatar una parte. Si subimos a lo alto de la torre de la catedral (2,50 euros), tendremos la oportunidad de tener otra visión de la ciudad. La subida a pie, sin ningún tramo en ascensor, requiere su esfuerzo, no vamos a negarlo, pero merece la pena, así que mejor mantener la calma y no agobiarse.

Tampoco se puede dejar pasar la oportunidad de recorrer el paseo que hay junto al Rhin y fotografiarse junto a sus puentes, a las casas típicas o a los modernos edificios que están construyendo junto al río.

7. Algo típico para regalar.

Nosotras nos decantamos por la comida y lo mejor para ahorrar es recurrir a los supermercados para comprar al precio al que compran los que viven en la ciudad. Hay muchísimos tipos de salchichas, y a cual mejor. También merece la pena la mostaza dulce (¡ojo con el bote que compramos porque si traemos un bote que supere los 100 ml. lo más probable es que se lo queden los del control de seguridad del aeropuerto!). En el Museo del Chocolate se puede comprar todo tipo de chocolatinas, tabletas, caramelos…

8. Comida que recomiendas probar.

Sin ánimo de ser repetitivas, tenemos que decir que las salchichas cocinadas de todas las formas posibles y con salsas de todo tipo. Aunque suene a tópico, no nos podemos olvidar de la cerveza. En la cervecería a la que fuimos te la reponen en cuanto ven el vaso vacío hasta que decides taparlo con el posavasos. Curioso, pero mejor aplicarse el cuento porque fácilmente podemos perder la cuenta de las que hemos bebido.

En el Museo del Chocolate, junto al Rhin, podemos tomar una taza de un chocolate riquísimo (3,80 euros), una porción de tarta (3,80 euros) o un café (1,90 euros) que nos dejarán un buen sabor de boca.