Budapest. Parte II

ÓperaNuestro segundo día en Budapest comienza temprano para aprovechar bien las pocas horas de luz que nos brinda el mes de noviembre en Hungría. Todavía en España, decidimos descargar en nuestros teléfonos móviles dos audioguías con diferentes rutas por la ciudad que encontramos en la web de AudioViator. Con ellas sonando en nuestros oídos, empezamos a caminar y descubrimos, entre otros lugares, la impresionante Avenida Andrássy, donde se encuentran algunos de los edificios más lujosos de la ciudad, como es el caso de la Ópera.

Tour BudapestMás tarde, a las diez y media de la mañana, nos unimos a uno de los tour gratuitos en español que parte de la Plaza Deak. La empresa que los lleva es Free Budapest Tours y funciona igual que en otras capitales europeas, te acercas al cartelito que suele sujetar uno de los organizadores y preguntas por el circuito en tu idioma. Allí te indican el grupo al que debes unirte y, a la hora fijada, comienza la ruta que dirige un guía. La empresa organizadora no te marca un precio fijo, ellos mismos te lo explican, se llaman “free”, pero al final del recorrido tú le entregas al guía la cantidad que estimas oportuna por el trabajo que ha realizado. Nuestra experiencia, tanto en este caso, como cuando nos unimos a uno en Berlín, ha sido bastante buena y volveremos a repetir siempre que se nos presente la ocasión.

Nuestra guía en Budapest se llama Martina, es húngara y tiene un buen nivel de español, idioma que empezó a hablar a partir de su estancia en Málaga durante su Erasmus. Martina nos lleva en primer lugar a la Basílica de San Esteban, cuyo punto más alto alcanza los 96 metros, al igual que el punto más alto del Parlamento. Aquí se encuentra una de las manos del Rey Esteban, que se guarda como reliquia. Como curiosidad, os cuento que aquí está enterrado el que en este país consideran el mejor jugador de fútbol húngaro de todos los tiempos: Puskás (Ferenc), que durante años vistió la camiseta del Real Madrid. La Basílica se puede visitar gratis, pero siempre es mejor atender las indicaciones de la entrada y dejar una moneda de 200 florines a la entrada. Para visitar la reliquia o subir al mirador sí que es necesario adquirir la entrada correspondiente.

Basílica de San Esteban

Tras la Basílica, nos dirigimos hacia el Puente de las Cadenas, que se encuentra frente al impresionante Hotel Four Seasons, un edificio ante el que vale la pena detenerse. El puente, como todas las construcciones importantes, tiene su propia leyenda: cuentan que su constructor se tiró al Danubio el día de su inauguración, cuando una persona que se encontraba entre la multitud dijo a voz en grito que los leones que adornaban los extremos del puente no tenían lengua. León del Puente de las CadenasEl pobre ingeniero se dio cuenta en ese momento de que había olvidado colocársela y presa de un ataque de vergüenza decidió suicidarse. Ahora, contemplando la gran obra de este señor, dudo que al visitante se le vayan los ojos a la boca de los leones, pero en fin, parece que nunca faltaron en todas las etapas de nuestra historia personas dispuestas a poner pegas al trabajo de los demás…

Cruzamos el puente andando y al final, en la que ya sería la parte de Buda, nos encontramos con el punto donde se sitúa el Kilómetro 0 de Hungría. Tras él, un funicular con mucha historia que podemos tomar para subir al Palacio Real. Nosotros seguimos a nuestra guía y llegamos andando a la zona alta a través de un parque que en esta época del año se encuentra plagado de tonos amarillos y ocres.

Unesco-Puente de las Cadenas

En la zona alta de Buda, podemos visitar la Iglesia de Matías y, junto a ella, el Bastión de los Pescadores. En temporada baja, la visita a esta última construcción es gratis. Desde aquí podemos tomar las mejores fotografías del Parlamento, que se encuentra en la orilla opuesta.

Parlamento exterior

Nuestra guía se despide de nosotros cerca de la Iglesia de Matías y, partiendo de allí, volvemos a acercarnos al Palacio, desde el que se tienen también unas vistas espectaculares de la zona de Pest. Agotados todos los ángulos posibles para tomar fotografías, decidimos bajar hacia el Puente de las Cadenas y tomar el camino que nos conduce al Parlamento 2Parlamento. Hemos reservado la visita guiada para las 16.00h. y no hay tiempo que perder.

La entrada para visitar el Parlamento se puede comprar en las taquillas del edificio o, si queréis evitar sorpresas desagradables de última hora, adquirirlas a través de internet en la web del Parlamento de Budapest. Las entradas para los ciudadanos de la UE cuestan diez euros y en ese precio está incluida la visita guiada en español que dura en torno a 45 minutos. Hay varios turnos, pero a la vista de lo pronto que anochece en esta ciudad, optamos por recorrer el interior del Parlamento una vez que se nos agota la luz en el exterior. La visita merece la pena, en menos de una hora no podemos recorrer todo el interior, pero sí lo suficiente para comprobar que es tan impresionante por dentro como por fuera.