Bolonia, Verona y Rávena. Parte II

Este segundo día en tierras italianas comienza con la visita a los dos grandes templos religiosos de Bolonia: la Catedral de San Pedro y la Basílica de San Petronio, ambos con entrada gratuita, aunque si queremos hacer fotos en el segundo, debemos comprar una pulsera que cuesta dos euros.

A las once de la mañana, tomamos un tren en la Estación «Bologna Centrale» que, en algo más de hora y media, nos lleva hasta Verona, una ciudad con mucho encanto.

Porta VeronaDesde la Estación de Tren «Verona Porta Nuova» se puede llegar al centro histórico caminando en 15 o 20 minutos, aunque también hay autobuses que hacen ese trayecto. Paseando a través de Corso Porta Nuova llegamos a la Plaza Bra, donde nos topamos de frente con la Arena (el Anfiteatro). En sus taquillas, compramos la Verona Card, una tarjeta que cuesta 18 euros (la opción de 24 horas) y que nos permitirá entrar en los principales monumentos de la ciudad. Si tenemos pensado visitar lo más destacado, y teniendo en cuenta que solo el acceso a la Arena cuesta 10 euros, esta tarjeta compensa.

Arena

Así, nosotros, después de visitar la Arena, llegamos paseando a:

  • La Casa de Giulietta: donde se encuentra el famoso balcón y la estatua con la que todos quieren fotografiarse mientras ponen su mano sobre sus pechos, al menos, eso dice la tradición y da fe de ello el desgaste que tiene esa parte de su cuerpo. Aquí se puede visitar también la supuesta casa de Giulietta, donde veremos su cama, su ropa, numerosos escritos y los cuadros que decoran las paredes.
  • La Piazza delle Erbe, con sus animadas terrazas y puestos para comprar tanto comida como recuerdos de la ciudad.Arche Scaligere
  • Arche Scaligere: conjunto de tumbas monumentales en estilo gótico de los Scaligeri, una familia que gobernó la ciudad de Verona durante 125 años, de 1262 a 1387.
  • La Basílica de Santa Anastasia: un espléndido ejemplo de Gótico italiano, que comenzó a construirse en 1290, gracias a las aportaciones de la familia Scaligeri. Antes, el espacio que ocupa esta Basílica lo compartían dos Iglesias: una dedicada a Santa Anastasia y otra a San Remigio. Se pretendía que la nueva construcción estuviera dedicada a San Pedro, pero el pueblo continuó llamándola Santa Anastasia, y así, con ese nombre ha llegado hasta nuestros días.
  • Complejo del Duomo: también llamado Cattedrale di Maria Maggiore. Aquí, como ocurre con las muñecas rusas, la cubierta exterior alberga numerosas sorpresas y podríamos decir que encontraremos tres iglesias en una.
  • El Puente de Piedra sobre el Río Adige.

Puente sobre Río Adige

  • El Teatro Romano, donde la parte inferior del graderío ha sido cubierta con asientos de plástico y la escena original, prácticamente inexistente, se ha tapado con un escenario metálico preparado para acoger actuaciones musicales y teatrales.

Teatro Romano

  • Museo de Castelvecchio, que, como indica su traducción al español, es el Museo del Castillo, una construcción que comenzó a gestarse en el año 1354. Fue utilizado como residencia de la familia que gobernaba Verona y como edificio de defensa ante las fuerzas que atacaban tanto desde el puente como desde la propia ciudad. A lo largo de la visita, podremos contemplar tanto obras pictóricas como diversos ejemplos del armamento que se usó en la época en la que vivió su máximo esplendor.

Verona es una ciudad acogedora, que anima a descubrirla sin agobios y sin complicaciones, ya que la mayoría de los monumentos se encuentran a pocos metros unos de otros. Además, si el calor se convierte en nuestro compañero de viaje, como nos ocurrió a nosotros, siempre se puede sofocar con un buen helado. Heladerías no faltan.