Venecia y alrededores. Parte III

Capilla Scrovegni 1Esta última parte del relato se la dedicaremos a Padua, tercera ciudad de la región del Véneto, con una población que supera los 200.000 habitantes.

Para desplazarnos hasta allí desde Mestre, tomamos el tren. La estación está a un kilómetro de nuestro hotel, por lo que se puede ir tranquilamente caminando. A la hora de sacar el billete, conviene adquirir el que corresponde al tren regional, ya que cuesta poco más de 3€ y hace el trayecto en un cuarto de hora (el tren de Alta Velocidad invierte el mismo tiempo, pero su precio varía entre los 15 y los 17€). Recomendamos conseguir el billete a través de las máquinas habilitadas para ello en la estación y tomarnos nuestro tiempo para elegir con cabeza y no tirar el dinero.

Billete en mano, lo validamos en las pequeñas máquinas verdes que encontramos por toda la estación, y buscamos el andén en las pantallas de salidas.

Capilla Scrovegni 2

En un visto y no visto, llegamos a nuestro destino. Nada más salir de la estación de Padua, tomamos la Calle del Popolo y, si la completásemos, llegaríamos al centro de la ciudad. Sin embargo, no llegamos hasta allí y, de camino, hacemos una parada para visitar la Capilla de los Scrovegni y el Museo. La entrada general cuesta 13€, pero se reduce a 6 para los niños y es gratuita para algunos colectivos como periodistas.

Cruz de GiottoAdmirando esta espectacular capilla podríamos pasar horas y horas, pero el tiempo es limitado y, tras unos treinta minutos, nos invitan a abandonarla para dejar paso al siguiente grupo. Dentro de la Capilla, se mantiene una temperatura fresca para que las espectaculares pinturas que llenan el techo y las paredes se conserven en el mejor estado posible.

Tras visitar la Capilla, toca acceder al Museo, donde podríamos pasar un día entero, contemplando desde restos de época romana hasta maravillosas obras de Giotto o Tintoretto. Sin embargo, como queremos seguir conociendo la ciudad, tenemos que acortar la visita y continuamos nuestra ruta por la Calle del Popolo.

Se nos echa encima la hora de comer y entramos en un restaurante llamado Itaca. Nos atrae su buen aspecto y no nos defrauda. Ofrece platos de muy buena calidad y, además, lo hace a un precio económico. Por algo menos de diez euros, nos podemos tomar una pizza riquísima y un refresco.

Duomo Padua

Con el estómago lleno continuamos, volvemos a tomar la Calle del Popolo. Seguimos hasta toparnos con una señal de información turística que nos indica que debemos elegir entre torcer a la izquierda para ir hacia San Antonio, o a la derecha para conocer el Duomo, la Catedral de Padua. Optamos, en primer lugar, por esta última opción y, en pocos minutos, llegamos a una construcción de grandes dimensiones, aunque muy austera, en la que el blanco es el gran protagonista.

Basílica San Antonio

Tras la Catedral, dirigimos nuestros pasos hacia San Antonio. Así, después de quince minutos caminando, comenzamos a divisar las majestuosas cúpulas de este templo que dejan a más de uno con la boca abierta y que relegan a la Catedral a un segundo plano. La entrada es gratuita, y también lo es la visita a la sala donde se encuentra la reliquia (el aparato vocal de San Antonio) y al claustro. Esta Basílica se ha convertido en un importante centro de peregrinación y es habitual encontrar a personas cumpliendo alguna promesa.

Claustro Basílica San Antonio

Y así, casi sin darnos cuenta, se nos ha pasado el día y tenemos que emprender el camino de regreso para volver a tomar el tren “barato” que nos llevará de nuevo a Mestre. La noche siguiente será corta porque a las cinco y media de la madrugada sonará el despertador. Será el momento de ir al aeropuerto y coger el avión que nos llevará de vuelta a Madrid.