Selva Negra, Alsacia y Luxemburgo. Parte I

Heidelberg10/07/16. Partimos del Aeropuerto Adolfo Suárez – Madrid Barajas con destino Frankfurt. Viajamos en un avión de las Líneas Nacionales Chilenas que, en contra de lo que hoy en día suele ser habitual, nos sirve comida y bebida gratis en un vuelo de poco más de dos horas.

En Frankfurt, nos alojamos en el Hotel Mövenpick, un cuatro estrellas muy completo en cuanto a servicios, a media hora a pie del centro, y masificado en esta época del año, ya que acoge a numerosos grupos de viajes organizados.

Desde allí viajamos hasta Heidelberg, famosa en Alemania por albergar la Universidad más antigua del país. Además, puede presumir también de tener un gran castillo que controla la ciudad desde la zona más elevada. Mantenerlo en buen estado no es tarea sencilla y comprobamos cómo gran parte se encuentra derruido.

Castillo 2

Este castillo nos llama la atención, además de por su gran tamaño, por su color rojizo, característico de la piedra típica de esta zona. De hecho, a medida que vayamos visitando nuevos lugares, comprobaremos que se ha empleado en la mayoría de edificios destacados del país, y las regiones colindantes.

Heidelberg panorámica

Desde los jardines que rodean el castillo, podremos obtener las mejores panorámicas de la ciudad. Por otro lado, los que deseen visitar el patio central y el que algunos consideran el tonel más grande del mundo, no tienen más que adquirir la entrada correspondiente a un precio de 7€.

Heidelberg Iglesia

Una vez que bajamos del castillo, podemos visitar en la parte histórica de Heidelberg la Iglesia del Espíritu Santo, en la Plaza principal; o el Puente de Carlos Teodoro o Puente Antiguo sobre el río Neckar, donde encontraremos la estatua de este Príncipe Elector, al Puente Carlos Teodoro Puertaque se atribuyen más de doscientos hijos ilegítimos.

Junto al puente, a más de uno le llama la atención la presencia de un mono hecho en metal pero hueco por dentro, al que muchos turistas se acercan para introducir sus cabezas y llevarse una foto de recuerdo. La tradición dice que si lo tocas, tendrás buena salud y volverás a Heidelberg.

Tras pasear por el centro histórico y la zona universitaria, y después de admirar las majestuosas casas que se distribuyen por la orilla opuesta a la parte más turística, retomamos la ruta, en esta ocasión con destino Baden-Baden, localidad conocida por sus aguas termales que atraen a multitud de visitantes, la mayoría de alto poder adquisitivo.

Nos cuentan que la población fija de esta ciudad ronda los 60.000 habitantes, pero todos los que llegan atraídos por sus aguas hacen que esa cifra aumente considerablemente.

Baden-Baden 2

Baden-Baden se presenta ante nosotros como una ciudad “coqueta”, repleta de tiendas de marcas caras y elegantes edificios. En ella no podía faltar el Casino y, entre los complejos termales, destaca el de Caracalla que, aunque no nos atrevamos a ponernos el bañador, se puede visitar, accediendo a una de las terrazas del complejo de forma gratuita.

Termas Caracalla - Baden-Baden

Tras dejar Baden-Baden nos espera la ciudad de Stuttgart, donde pasaremos la noche. En autobús tenemos más o menos una hora y cuarto de camino. Por cierto, un dato curioso que quizás no conozcáis: las carreteras alemanas no tienen límite de velocidad. Dicen que en alguna ocasión el Gobierno del país intentó ponerlo, pero las empresas automovilísticas se le echaron encima y amenazaron, entre otras cosas, con no subvencionar el mantenimiento de las carreteras, así que la medida no salió adelante.

Baden-Baden 1