Para hacer una escapada y desconectar, solo hay que tener ganas y buscar el lugar más apropiado para ello. El mismo día que comienza el mes de diciembre tomamos un vuelo en Sevilla que nos lleva a la ciudad italiana de Bérgamo. Buscándolo con un poco de antelación, podemos encontrar precios muy interesantes, y hacer los trayectos de ida y vuelta de viernes a domingo por poco dinero. En nuestro caso, 66 €.
Si como nos ocurre a nosotras, debéis trasladaros hasta la capital andaluza desde otra ciudad y tenéis que dejar el coche en el aeropuerto, nada mejor que optar por Lavacolla [precio de viernes a domingo: 14 euros], con la comodidad de que os recogen y os entregan el vehículo en la misma puerta.
El trayecto en avión con Ryanair entre Sevilla y Bérgamo tiene una duración de cerca de dos horas y media. Al llegar al Aeropuerto de Orio al Serio, encontraréis un sinfín de autobuses que os pueden acercar a las ciudades más próximas.
Nosotras tenemos reserva en un hotel que se encuentra justo enfrente de la Estación de Tren de Bérgamo, y tenemos dos opciones para llegar: tomar un autobús o un taxi [precio hasta el hotel: 20 euros]. Como son cerca de las once de la noche y falta más de media hora para el siguiente autobús, optamos por lo segundo y, en menos de diez minutos, estamos en la puerta del Hotel Best Western Piemontese.
Nuestro alojamiento tiene cuatro estrellas y no es la primera vez que nos acoge en este tipo de escapadas. No es el más económico, pero tampoco resulta caro y su ubicación [a tan solo unos pasos de las estaciones de autobús y tren] lo convierten en el lugar ideal para visitar otras ciudades cercanas [Hotel Best Western Piemontese: 238 euros dos noches/habitación triple sin desayuno + 21 euros tasa turística (3,50 euros por persona/noche) = 259 euros].
La primera noche solo nos quedan fuerzas para organizar el día siguiente y meternos en la cama. El sábado nos levantamos pronto porque a las 9.00 h. parte el tren hacia Brescia, que se encuentra a una hora de distancia [billete de tren: 4,80 euros cada trayecto por persona].
La ciudad de Brescia es una de las grandes desconocidas de Italia. Podríamos pasar varios días allí, pero si, como nos ocurre a nosotras, solo disponéis de uno, os contamos lo que, en nuestra opinión, no os podéis perder:
1.- Capitolium: se encuentra inmerso en un área arqueológica declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Para contemplarlo, no hay que comprar entrada. Os sorprenderá.
2.- Museo de Sta. Giulia: también cuenta con el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Podríamos compararlo con las muñecas rusas porque en solo un Museo, se esconden muchos, con gran variedad de salas, frescos, estatuas, reliquias… Una cita imprescindible.
3.- Piazza della Loggia: recomendamos fijarse en los edificios que la rodean. Especial atención merecen la Torre del Reloj y, frente a él, el Ayuntamiento.
4.- Iglesia de San Francisco de Asís: construida en el siglo XIII, está algo escondida, pero merece la pena acercarse a ella para contemplar las impresionantes pinturas que la decoran. A los que huyen de visitar iglesias en Italia porque se sienten saturados, no cometáis ese error porque este país nunca dejará de sorprenderos y, cuando penséis que todas son iguales, va una más y te deja con la boca abierta.
5.- Castillo: se encuentra a pocos minutos a pie del centro, en un alto. Hay que pagar para entrar, pero una buena opción es contemplarlo desde fuera y disfrutar de las hermosas panorámicas que nos ofrecen los miradores que hay en su entorno.
6.- Plaza de la Catedral (Piazza Paolo VI): desde allí, veremos la imponente cúpula verde que se ha convertido en santo y seña de esta ciudad. La fachada de la catedral también hará las delicias de nuestra cámara, además del Baptisterio, que se encuentra junto a ella. En esta zona, podemos aprovechar para hacer una parada en una cafetería o almorzar en uno de los muchos restaurantes que hay en el entorno.
Además de estos lugares que destacamos, siempre es una buena elección pasear tranquilamente por la ciudad y, si lo hacéis en fechas navideñas, disfrutar de una iluminación de película. Por cierto, tened en cuenta que Brescia se sitúa la norte de Italia, próxima a los Alpes, por lo que no hay que olvidarse de ir bien abrigados.
Cada media hora, parte de Brescia un tren hacia Bérgamo. Tomamos el de las siete de la tarde y, a las ocho, ya estamos de nuevo en la ciudad que nos acoge durante este fin de semana.
La mañana del domingo la dedicamos a “redescubrir” Bérgamo. Aunque no sea nuestra primera vez en este lugar, siempre es un placer volver a perderse por sus calles. Para llegar a la parte alta (la parte turística por excelencia), podemos tomar el funicular [1´30 € por persona y trayecto] y, en cinco minutos, alcanzaremos el punto deseado. En esa zona, recomendamos caminar y caminar todo lo que nos permita el tiempo del que disponemos. Sus callejuelas nos ofrecen un sinfín de detalles en cada puerta, en cada ventana o, incluso, en las farolas.
En la Plaza principal, la Piazza Vecchia, toca hacer otra parada. Hay que admirar los edificios que la rodean, la fuente que se encuentra en el centro y dirigirnos hacia la Torre. Podemos pasar bajo el arco y contemplar los imponentes edificios de la Basílica de Santa Maria Maggiore, la Capilla Colleoni y el Baptisterio. Sus colores hacen a estas construcciones únicas e, inevitablemente, nos recuerdan a la Catedral de Florencia.
Si aún nos quedan ganas de llegar más alto, podemos tomar el funicular de San Vigilio, que nos dejará junto al Castillo y nos permitirá inmortalizar con nuestra cámara las mejores panorámicas de la ciudad.
Tras comer en uno de los establecimientos de pizza en porciones que hay en la parte antigua de la ciudad, volvemos a descender hasta la zona nueva, donde se encuentra nuestro hotel. Ha llegado el momento de recoger las maletas y dirigirnos al aeropuerto. Lo hacemos una vez más en taxi y, en esta ocasión, nos cobran 15 €. Nuestro vuelo despega a las 17.00 h. puntual desde Bérgamo y llega a Sevilla a las 19.20 h. Allí ya nos está esperando un empleado de Lavacolla con nuestro coche. Abonamos los 14 € y nos encaminamos hacia Mérida. Una escapada más en nuestra mochila y con ella cientos de recuerdos.