Lisboa y Sintra

PROPUESTAS – Queríamos aprovechar unos días de vacaciones y visitar algún sitio cercano fuera de España a donde poder ir en coche, ya que no organizamos el viaje con mucho tiempo y era difícil conseguir vuelos a buen precio.

IMG_20191129_172349Salimos en coche desde Mérida y se tardan aproximadamente dos horas y 50 minutos por la ruta que incluye peaje (algo menos de 17 euros).

Nos quedamos en el America Diamonds, un hotel que está cerca del parque Eduardo VII, una zona céntrica de Lisboa con paradas de metro y autobuses prácticamente en la puerta. También cuenta con varios parkings públicos por los alrededores para dejar el coche durante los días que pases, ya que en Lisboa aparcar el coche por las calles es difícil debido al poco aparcamiento que hay y la existencia de parquímetros en las diferentes zonas. La estancia de 24 horas en el parking que nosotros encontramos salía por 10 euros.

El hotel lo buscamos por la página web de Booking. Las tres noches con desayuno incluido nos costaron por 180 euros, era de los más económicos que encontramos y la verdad es que fue una buena elección, ya que contaba con todo lo necesario para pasar una estancia tranquila y cómoda.

IMG_20191127_190312Recién llegados a Lisboa a media mañana, dejamos las cosas en el hotel donde muy amablemente nos permitieron el acceso a la habitación (la hora de entrada estaba fijada a las 15:00), y comenzamos a caminar por la zona céntrica de la ciudad: parque de Eduardo VII, Avenida de la Libertad, plaza de los Restauradores, plaza de Rossio y finalmente la plaza del Comercio. Desde nuestro hotel hasta la plaza del Comercio había un agradable paseo, siempre y cuando te guste caminar ya que la distancia era de 35 ó 40 minutos, dependiendo de la velocidad de la marcha de cada uno. Durante este recorrido hicimos varias paradas para contemplar calles y plazas, pero fue entre la plaza de Rossio y la del Comercio donde hicimos una de las paradas obligadas cuando vas a Lisboa, el elevador de Santa Justa que conecta la Baixa con el barrio de Chiado. Se trata de un ascensor revestido de madera con el que asciendes hasta una gran terraza donde puedes contemplar algunas de las mejores vistas de la ciudad. El ticket del elevador nos costó 5,30 euros (incluye ascenso y descenso) aunque cabe destacar que con las tarjetas de 24 horas 7 Colinas y Viva Viagem es gratis el viaje en el elevador y luego habría que pagar 1,50 para subir al mirador.

IMG_20191127_170654Una vez arriba decidimos perdernos por el barrio y visitar las ruinas y museo arqueológico do Carmo. Actualmente, se contemplan los restos de una iglesia que destacó como uno de los más hermosos templos góticos de Lisboa hasta el terremoto de 1755. Aprovechando que el paseo por las calles del barrio alto nos estaba gustando, acabamos llegando a la Rua Augusta que es una de las calles más comerciales de la ciudad, y así llegamos hasta la plaza del Comercio.

Nuestra estancia en Lisboa iba a ser de cuatro días y tres noches, por lo que el segundo día decidimos dedicarlo a Sintra, una ciudad situada a menos de 30 km de Lisboa que llevábamos tiempo queriendo visitar ya que habíamos escuchado muchas veces hablar de ella. El viaje lo hicimos en coche y tardamos media hora más o menos. Con la ayuda del navegador GPS del móvil conseguimos llegar a la zona que para nuestro gusto es la más bonita de Sintra, que es donde se encuentra el Parque y Palacio de la Pena y el Castillo de los Moros.

Existen autobuses desde la ciudad para subir al Parque pero nosotros lo hicimos en nuestro propio coche. Cabe destacar que el ascenso se realiza por caminos estrechos y empinados, pero el acceso con el coche es asequible. Hay tres parkings a diferentes niveles según vayas subiendo. Nosotros nos arriesgamos y aprovechando que era jueves y que parecía que no había mucha gente, llegamos hasta el tercer parking, que es donde está el acceso principal.

El precio de la entrada de adultos para el Parque y el Palacio de la Pena son 14 euros. El orden de la visita es bastante indiferente, nosotros preferimos ver primero el Palacio y después bajar paseando por el inmenso parque, parándonos en muchos de los lugares que destacan en el plano que puedes coger en la puerta principal. Partiendo de nuestra propuesta, una vez que pasas la entrada principal hay que continuar el ascenso hasta el palacio. Puedes hacerlo a pie, contemplando un bonito paisaje pero con rampas pronunciadas, o en autobús, que pasa cada 15 minutos y cuesta 3 euros.

IMG_20191128_143249Es cuando llegas a la cima y contemplas el precioso Palacio cuando se te olvida el esfuerzo que has hecho hasta llegar arriba. El tamaño, los colores y todos los detalles que se pueden ver en la fachada hacen de este lugar una visita inolvidable.

Después de dedicarle unas horas al palacio, comenzamos la bajada por el parque. Es prácticamente imposible ver todo lo que nos indica el plano, por lo que a la vez que vamos andando nos vamos guiando por las flechas que hay por el camino, donde indican la distancia que hay hacia cada lugar. Conscientes de que nos han faltado algunas cosas por ver (son 85 hectáreas de parque y hay que seleccionar), finalizamos nuestra visita en el Valle de los Lagos donde nos indican que hay una salida del recinto. Esta salida nos ha dejado a un paseo de donde nosotros hemos dejado el coche, por lo que comenzamos nuestra ruta hacia el mismo. A mitad de camino nos encontramos con que tenemos a 400 metros la entrada al Castillo de los Moros, nos puede la curiosidad ya que lo habíamos visto desde alguna de las torres del Palacio y allá que vamos.

La entrada al castillo no es barata, el precio de adultos es de 8 euros pero ya que hemos
llegado hasta allí, entramos. La fortificación bien merece una visita y las vistas de todo Sintra que se pueden observar desde las torres no te dejarán indiferente.

IMG_20191129_113738Todavía nos quedaba mucha Lisboa por ver. El tercer día sí recargamos la tarjeta de transporte 7 colinas por 6,40 euros, lo que te permite utilizar el metro, tranvía, autobús y algún que otro elevador durante 24 horas todas las veces que quieras. Nosotros cogimos al lado del hotel el autobús 727 que nos llevaba hasta el Monasterio de los Jerónimos, en el barrio de Belem, zona a la que habíamos pensado dedicar la mañana. Comenzamos nuestro paseo desde el Monumento a los Descubrimientos hasta la Torre de Belem.

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Durante este paseo son muchas las veces que nos paramos para hacer fotografías, ya que hay unas vistas maravillosas hacia el otro lado del río, viendo la estatua del Cristo Rey de Lisboa y el Puente 25 de Abril que se extiende hasta el otro lado del Tajo.

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Finalizamos nuestro recorrido viendo por dentro la iglesia del Monasterio, a la que se accede de forma gratuita. Nosotros lo dejamos para el final de la mañana porque a primera hora la cola de gente esperando para entrar era larguísima. El tiempo que se quiera invertir en toda esta zona depende del gusto y de lo que quiera gastarse cada uno, nosotros decidimos verlo todo por fuera y quedarnos con las vistas exteriores.

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Una vez vista esta zona y acercándose la hora de comer, nos habían hablado de una especie de mercadillo situado sobre los restos de una antigua fábrica, el LX Factory, un lugar entrañable ya que combina arte, diseño, literatura y gastronomía. Hasta allí llegamos cogiendo el tranvía 15 E desde la plaza que hay al lado del Monasterio de los Jerónimos hasta Santo Amaro. Una vez allí, son cinco minutitos andando hasta la puerta principal. Tras entrar en alguna de las tiendas, fotografiar más de un graffiti y pararnos a analizar algún que otro detalle que nos íbamos encontrando a cada paso, acabamos comiendo en Mez Cais LX, un mejicano con un ambiente muy acogedor.

Decidimos cerrar nuestro viaje a la capital portuguesa visitando el Oceanario, el mayor acuario de interior de Europa. Se encuentra en el barrio de Parque de las Naciones y, aunque tiene metro y muchas líneas de autobuses que te llevan a la zona, nosotros hicimos el viaje en coche ya que desde allí ya volvíamos hacia Mérida. Dejar el coche en el parking del propio Oceanario unas 3 horas y media, nos costó menos de 5 euros.

Sacamos las entradas en unas máquinas automáticas que hay al llegar, justo al lado de donde se forman las largas colas para sacarlas en taquilla, así que, aun sabiendo que es algo obvio, recomiendo sacarlas en estas máquinas para ahorrarte esperar tontamente. El precio de la entrada de adultos es de 19 euros y pudimos ver la exposición temporal y la permanente. Desde nuestro punto de vista, este lugar bien merece una visita, el tiempo que se quiera pasar allí ya depende de cada uno.

Post de: Eva Mª Monge y Juan Palma (Mérida, Badajoz)